- Loverscurvers
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El año pasado rondó el gusanillo del running.
Buenos días amigos #loverscurves.
Quedé tan fascinada viviendo una carrera de público y acompañante, como pudisteis leer en mi anterior post "La Libertad de Correr", que me propuse participar en una. Quería la camiseta, mi dorsal, sentir el "chute" de endorfinas, ver que podía, demostrar que si se quiere se puede.
Tengo una pequeña lesión que se resiente durante la carrera, sin embargo las ansias de superación ganaron a la molestia, me lo tomé muy en serio. Un año después tenía un entrenamiento de calidad para dos carreras. A falta de una, me apunté a dos.
Es verdad que voy regularmente al gimnasio,no ha sido empezar de cero. Pero hasta ahora no había conseguido aguantar más de 15 minutos de carrera en la calle. Me había desafiado y tenía que conseguirlo.
Aquel primer día me planté mis nuevas Asics, un cronómetro, pantalón del Córdoba CF (por aquello de sentir los colores) y me lié la manta a la cabeza, vamos a correr por la ciudad. Con el espíritu de Forrest Gump y como dicen No me pises que llevo chanclas "música en mis cascos y la noche pa correr". Vaya que la noche estaba para correr, habían sido las segundas elecciones generales.
La vista estaba en Septiembre y en cada entrenamiento pensaba a quién se le ocurre.
Llegó la primera prueba antes de la de fuego. 7 km por la mañana, nervios, dudas de si podría terminarla corriendo. Estiramientos, trote, empiezo a cansarme. Venga que empiece ya, cuanto antes empiece antes termina, maneras de mentalizarse.
Pistoletazo y salida. Corrí, si, la corrí y superé mi tiempo de entrenamiento. Mis dudas se disiparon, la próxima, la que quería hacer desde Julio del 2015, Rock fm Night Running de 8km, la podía hacer. Dos semanas, más días de pensar quién me mandaría a mi.
Sábado 24, el día D. Empieza bien la tarde, victoria del Córdoba para abrir boca, así se va con otro ánimo. Charla con amigos que vienen a verte, camiseta reglamentaria, ipod, zapatillas, cronómetro y la mejor compañía que pueda tener a mi lado. Mi "liebre", me marcas el ritmo pero no corras mucho. Vamos!!!
Una recta eterna para empezar. Bajada hacia el río, déjate llevar pero tranqui que luego hay que subir. Rodeamos la SI Catedral. Las calles cortadas para mi, el público me anima sin saber quién soy, rompo a aplaudir. Vibrante, emocionante, no desfallezco. ¿4km cuesta arriba? vamos a por ellos.
De repente cuatro caras amigas entre el público, sonrío, saludo, mi meta está más cerca.
A menos de 1 km un brazo se estira hacia mi, choco su mano y como un rayo provoca en mi una descarga eléctrica. El motor gira y gira, explosión y sprint final. Objetivo cumplido, reto superado, media igualada. Qué locura!! ¿Correré el año que viene?
Amigo, con este esfuerzo te digo: tú podrás, lo sabes, lo que te propongas lo harás.
"Correr es libertad y la libertad está en uno mismo"
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